Oct 07

El Metro, una obra millonaria que se está volviendo eterna

Desde el 2009 se empezó a hablar de la necesidad de construir este sistema, pero luego de eso todo han sido retrasos. César Arias dice que para que el sistema opere bien, podrían pasar hasta dos años. 

“Yo no le voy a vender humo. Mal puedo (dar una fecha de inicio de operación), como se hacía en el pasado, donde se ponían las primeras piedras y se inauguraba el Metro, pero nunca entraba en funcionamiento”, respondió el alcalde de Quito, Santiago Guarderas, el día de su posesión a la pregunta de si ese sistema de transporte iba a operar antes de que finalice su gestión, en 2023. Guarderas manifestó que tomará decisiones sobre, por ejemplo, el modelo de gestión. Agregó que el primer paso es tener la información clara sobre el proyecto y trabajar con las multilaterales en una reunión que estaba prevista para el 6 de agosto de este año (pero que no se concretó) y que será el Directorio del Metro de Quito el que tome una decisión. 

“El Metro de Quito está llegando”, es la frase con la que abre la página web del Metro. El problema es que de esta obra se viene hablando desde el 2009 y no “termina de llegar” a la capital. La propia página web la define como el mayor proyecto de movilidad que la ciudad haya emprendido en su historia, con una red subterránea de transporte público que irá desde Quitumbe, en el sur de Quito, hasta El Labrador, en el norte. 

La obra tiene un costo de 1.259 millones de dólares, financiados por el Municipio de Quito, más 750 millones financiados por el Gobierno. Contará con 18 trenes con seis vagones cada uno.

Un largo historial 

El primer paso fue en el 2009, con la firma de un convenio de cooperación entre el exalcalde de Quito Augusto Barrera y la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, para la asistencia técnica y acompañamiento de expertos para la construcción de  la red de transporte, según reseña una nota de Diario El Comercio.  A esa fecha —octubre de 2009— la aspiración era empezar la construcción en el 2011 y terminar la primera fase en el 2017. 

En abril del 2012, durante la Alcaldía de Barrera, se expidió la Ordenanza 0237, con la que se creó la Empresa Metropolitana Metro de Quito, con el objetivo de desarrollar, implementar y administrar el subsistema Metro de Quito. 

 

El 15 de noviembre de ese mismo año, se declaró al proyecto como de interés prioritario y en marzo de 2013 se suscribió el convenio entre el Municipio y el Ministerio de Finanzas, relacionado con el financiamiento de la obra.  

El 13 de mayo de 2014, Barrera concluyó su gestión sin poder ver concluida su máxima obra y le tomó la posta con el proyecto el alcalde entrante, Mauricio Rodas, quien ofreció entregar la obra a la ciudad durante su gestión. Se vinieron los retrasos y los plazos de entrega incumplidos. Con Jorge Yunda a la cabeza del Municipio de Quito, las cosas no mejoraron. Durante sus dos años y cuatro meses de gestión pasaron por la empresa Metro de Quito cinco gerentes, lo que evidencia la inestabilidad que ha caracterizado la gestión administrativa. La obra física tiene, oficialmente, un avance general del 92,57%. Aunque se aprobó el modelo de gestión en los últimos días de administración de Yunda, el nuevo Alcalde manifestó que se debía revisar lo actuado.  

El concejal Fernando Morales dijo que para impulsar el Metro, lo primero que debe realizar el Alcalde es un diagnóstico de todo el proyecto. “Tiene que presentar acciones concretas para sacar de la crisis al Metro de Quito”, dijo.

El análisis técnico 

César Arias es experto en movilidad y transporte y fue uno de los especialistas que impulsó el modelo de Trolebús en Quito. Asegura que el problema del Metro de Quito se inicia desde su idea de implementación, ya que el país no tiene experiencia en movilidad subterránea.  “Los sistemas de transporte necesitan de mucha experiencia para su implementación, por lo que hemos visto fracaso tras fracaso en la administración del Metro”, aseguró. 

Arias considera que en esta nueva etapa lo ideal sería conformar una unidad que esté bajo la dirección del Banco Mundial, para que asesore al Municipio de Quito y a la Empresa Metro de Quito, para que contrate una empresa que haya operado otros metros, que tenga personal capacitado para recibir las obras y los equipos. Resuelto este paso, lo siguiente, dice Arias, es resolver el modelo de gestión, si lo va operar el Municipio, una empresa privada o un modelo mixto. “Este rato hay que trazar una hoja de ruta con el Concejo, con el apoyo del Alcalde”. Aun así, asegura que, si las cosas salen bien a partir de esta administración, si se planifica de manera eficiente la ciudad, podrá contar con un Metro operativo en dos años. “Operando bien, porque operando mal lo podemos hacer desde mañana”.

Para Arias, el modelo de Metro como sistema de transporte no era el más recomendable para la capital, y considera que se debieron establecer alternativas como extensiones de las líneas de trole.   

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