Feb 14

La violencia digital se evidencia en el país y, particularmente, tras las elecciones

En entrevista con Ecuador Verifica, la experta analiza la violencia digital que se evidencia en el país y, particularmente, tras las elecciones. Siendo las redes un medio de convivencia social, es necesario lograr que este sea también un lugar seguro para las mujeres. 

El mundo digital ha facilitado el trabajo, los estudios, las comunicaciones, el entretenimiento y casi todas las tareas cotidianas, pero también reproduce formas de violencia contra la dignidad, la libertad de expresión, la privacidad y los datos personales, en particular de mujeres y niños.

Enfrentar este fenómeno es un reto fundamental porque la violencia del siglo XXI es digital, señala Lucía Velasco, comunicadora y consultora en innovación social, en un artículo de opinión en El País: “El maltrato a las mujeres ha llegado a la Red y nadie lo detiene. Poder desenvolvernos en internet es cada vez más un derecho fundamental. Hay que garantizar que este espacio público sea un lugar seguro para todas las personas”.

En este contexto dialogamos con la representante en Ecuador de ONU Mujeres, Ana Elena Badilla, sobre los riesgos de la violencia digital. Para entrar en materia, la funcionaria señala que en la política es más visible y “feroz” la violencia digital en contra de las mujeres, por su condición de mujer. Considera, además, que en Ecuador sí hay avances para erradicar este tipo de violencia, pero se requiere un mensaje más fuerte por parte del Estado.

Badilla es una abogada especializada en gerencia de proyectos y especialista en temas de género. Asumió la representación de la ONU Mujeres en el país desde hace un año, pero tiene un trabajo de más de 3 décadas en la defensa de los derechos de las mujeres.

¿Cuál es la importancia que asigna ONU Mujeres a la violencia de género?

Es muy importante. Este año, en el marco del Día Internacional de la Mujer, el tema que promoveremos será el del acceso de las mujeres a las tecnologías y a la innovación. Es un tema que cobró más importancia en la pandemia de Covid-19 y todos los medios digitales tienen una importancia que no puede desconocerse, y que cada vez más nos desafía a ver sus beneficios como sociedad, sus usos y sus consecuencias.

¿Qué representa para las mujeres enfrentar la violencia digital?

Particularmente para las mujeres, ha sido muy duro enfrentar la violencia que viven en el ámbito digital, sobre todo cuando intentan acceder al poder. Entonces se hace visible ante el público, ante grupos de poder, ante sus propios compañeros políticos y empieza a competir.

¿Y en posiciones de poder en otros ámbitos?

En todos los ámbitos, pero en particular en el poder político, porque ahí es donde las mujeres se convierten en objeto de un ataque feroz porque es claro que mientras más avanzamos en la participación política vamos a desplazar a hombres.

¿Y en el ámbito doméstico?

Las mujeres enfrentan mucha violencia en las relaciones de pareja y en el ámbito doméstico, pero esa violencia, generalmente es más directa, ya sea física, emocional, económica, no es tan digital.

Creemos que hay más violencia en el ámbito político, no es la única, pero es más evidente, más visible. Hay estudios que señalan mecanismos para medirla y se han creado observatorios, como el de la Fundación Haciendo Ecuador, que estudia desde hace varios años cómo se expresa la violencia política y cómo la sufren.

¿Cómo empieza la violencia digital contra las mujeres en lo público?

Empieza por descalificar a la mujer, generalmente, por su condición de mujer y salen a la luz aspectos que no se cuestionan en los hombres. A una mujer candidata que asiste a una entrevista, incluso en medios masivos, le preguntan cosas relacionadas con el ámbito doméstico, cosas que a los hombres no se les pregunta. A los hombres se les pregunta sus propuestas e ideas de qué va a hacer como Alcalde y a las mujeres si el marido está de acuerdo que sea candidata, cómo hace con los niños para llevarlos a la escuela.

¿En pleno año 2023 aún hay estas expresiones?

Todavía hay estas expresiones.

¿Qué datos maneja ONU Mujeres en Ecuador, en particular durante las recientes elecciones?

En este momento no tenemos todavía nuestras propias cifras, pero sí hemos recibido algunas de iniciativas de la sociedad civil que hicieron durante el último proceso electoral. Por ejemplo, de la Corporación Participación Ciudadana, que hizo un monitoreo de las Alcaldías de Quito, Guayaquil, Cuenca, Prefecturas de Pichincha y Guayas y Consejo de Participación. Señala, por ejemplo, las expresiones más usadas en contra de las candidatas: vieja, drogadicta, gordita, menopáusica, peliteñida, rocota, momia, muelona, moza, hp., longa, piraña, etc.  Y las mujeres se hicieron a estos insultos, por el hecho de aspirar a una candidatura política. En ningún momento se cuestionó la capacidad de ellas, la calidad de sus propuestas o sus posiciones políticas. En total se cuantificaron cientos de expresiones contra 50 candidatas mujeres.

Las elecciones en este año llegaron a un nivel de violencia que no se había visto, 2 candidatos a Alcalde asesinados y otros atentados. En particular, en el ámbito digital, no sólo las mujeres enfrentan violencia, sino también los hombres.

¿Cómo se aproxima ONU Mujeres Ecuador a esta problemática?

Trabajamos desde hace un tiempo prevención en diversos ámbitos, para que se ponga un freno a la violencia política contra las mujeres. Al Consejo Nacional Electoral apoyamos durante el 2022 en una campaña de sensibilización para fortalecer la participación política y prevenir la violencia política contra las mujeres. Dimos asistencia técnica para la formulación de dos guías para la denuncia de la violencia política contra las mujeres y una guía para medios de comunicación para un mejor manejo de la información para evitar que esta, en lugar de ayudar, afecte a las mujeres.

¿Hay avances en Ecuador frente a la violencia digital contra las mujeres?

Sí, hay un avance lento pero importante, el año anterior el Tribunal Contencioso Electoral sancionó a dos alcaldes y a un consejero presidencial por expresiones contra las mujeres y muchas de estas se vieron en el ámbito digital; a través de redes sociales se emitieron insultos y expresiones de violencia contra las mujeres.

Estas sanciones marcan un precedente importante, porque son las primeras por violencia política y en un caso ameritó una multa económica elevada.

¿Es suficiente?

No es suficiente todavía, porque en el 2021 se presentaron varias denuncias y todas fueron desechadas. En el 2022, de las 17 que se presentaron ya hay 3 con sanciones graves, en dos casos destitución de alcaldes y otra con sanción económica a un funcionario de la casa presidencial. El resto de casos esperamos que sean acogidos.

¿Cuál es el mayor problema en el ámbito digital?

Es la velocidad y la facilidad con que circula la información y la irresponsabilidad con la que se consume. Cualquier persona puede generar una información anónima, sin filtros o con nombres falsos. Y nadie verifica ni la fuente ni la veracidad de la información y se la da como un hecho.

El mundo entero ha sido lento para luchar contra la violencia digital. Por juicios en Europa y Estados Unidos estas empresas propietarias de estas redes Facebook o Twitter están poniendo unas reglas que tratan de limitar lo que en un principio era incontrolable.

¿Y las respuestas de los estados?

Todavía los estados y los gobiernos no han podido responder con mayor eficacia, en los países no hay legislación adecuada y suficiente para regular la violencia digital.

¿Qué otros avances del Estado y la sociedad ecuatoriana se pueden destacar?

Hay un poco más de consciencia de las mujeres para manejar la violencia en el ámbito público, sobre todo en el ámbito digital, que tiene efectos devastadores, con propósito de sacarles del escenario público y devolverles a la casa. Por ese costo que tienen que pagar, muchas mujeres deciden retirarse de la política. Y es una contradicción muy grande, porque es muy reciente en el mundo entero que todos tenemos derecho al voto.

¿Tareas y desafíos para Ecuador?

El Estado debe enviar un mensaje más fuerte todavía de que la violencia política no es tolerable y que la competencia política debe manejarse de otra manera, que no podemos tolerar esta violencia que se genera en los medios y redes sociales y mucho menos la violencia directa, como fueron los homicidios de dos candidatos.

Se requiere un mensaje más fuerte de todas las instituciones del Estado. El CNE está comprometido el TCE ha emitido sanciones, pero debe seguir en esa lucha

¿De qué manera?

Estableciendo sanciones, que sean ejemplarizantes. Necesitamos hacer más sensibilización en las redes sociales. Ahí hay un llamado a los medios de comunicación que tienen un alcance de llegar a una gran cantidad de población. Pueden hacer más para sensibilizar y capacitar a su personal en el uso del lenguaje. Por eso, trabajamos en una guía para los medios que quieren y no saben cómo hacerlo.

¿Cómo mira las recientes reformas legales que protegen a las víctimas de violencia digital pero preocupan por posible censura?

No las conozco en detalle, pero puedo decir que la visión que tenemos es que hay que lograr un equilibrio de los diversos valores que están en juego cuando hacemos una labor de comunicación, que no puede atentar contra los valores, la integridad y la dignidad de las personas. Hay principios básicos en la comunicación y el periodismo que van por verificar los hechos, escuchar a las personas que han sido afectadas y ahora, cada vez más, se ve la importancia de la forma cómo se presenta la información y el uso del lenguaje.

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