Ago 20

Pasaporte de vacunación y carnet de vacunación: El dilema de los derechos colectivos por encima de los individuales

Desde que se inició el proceso de vacunación contra el Covid-19 en el mundo, tanto detractores como defensores han manifestado sus puntos de vista. Hay presidentes como el de Francia, Emmanuel Macrón, que planteó exigir un “pase sanitario” a la población para acceder a espacios públicos. Ecuador también tiene su versión, el “pasaporte de vacunación” y el “carnet de vacunación”. ¿Qué significa esto? ¿Son obligatorios?¿Se exigen en Ecuador para acceder a lugares públicos? ¿Es un atentado a las libertades individuales?

Primero hay que diferenciar entre qué es el pasaporte de vacunación y el carnet de vacunación en Ecuador. El “Pasaporte de Vacunación” es una iniciativa liderada por la empresa privada a la que se sumó el Gobierno Nacional, donde a través del ingreso de datos personales en la web pasaportevacunacion.ec se obtendrán descuentos en productos y otros beneficios en tiendas, supermercados, comercios y establecimientos de comida rápida.

           El carnet de vacunación es solicitado en algunos países para el ingreso a su territorio

La Secretaría General de Comunicación de la Presidencia (SEGCOM) informó a Ecuador Verifica que esta iniciativa se activó el 2 de agosto y no tiene intenciones restrictivas. La SEGCOM informó que el Gobierno no exige el pasaporte de vacunación para ningún trámite ni tampoco para acceder a lugares públicos. “Aún los eventos y espectáculos públicos no están autorizados”, por tanto no se ha planteado que sea obligatorio el uso del pasaporte de vacunación  para estos espacios.

En cambio, el carnet de vacunación es una tarjeta de cartón emitida por el Ministerio de Salud Pública (MSP), que se entrega a las personas que se han vacunado en los centros de vacunación. Contiene: los datos personales de la persona inoculada, marca de la vacuna, fecha de vacunación de la primera dosis, fecha de la segunda dosis, lugar de vacunación, incluso el nombre del vacunador y lote de vacuna.

La Ministra de salud, Ximena Garzón, informó a Ecuador Verifica que “el Ministerio de Salud no está exigiendo el carnet de vacunación para realizar ningún trámite ni para acceder a ningún lugar, las decisiones que se tomen para requerir el carnet de vacunación son decisiones individuales, o de los empresarios, pero el Gobierno no solicita ese requerimiento obligatorio”.

Además, Garzón informó que el carnet es solicitado en otros países para ingresar (13 países europeos), pero una prueba PCR con 30 días de anticipación también sirve como el carnet, tal es el caso de Estados Unidos. “Nosotros damos esos carnets con código QR que permite el seguimiento a nivel internacional”, indicó la titular de la cartera sanitaria. 

Ciertamente las autoridades francesas, neoyorkinas y ecuatorianas han manifestado el carácter voluntario de acceder a estos documentos, sin embargo, la alcaldesa de Guayaquil, Cinthya Viteri, informó el 14 de julio de 2021 en sesión del COE de la ciudad, que a futuro se exigirá el carnet de vacunación en lugares públicos. 

“El carnet de vacunación será su pase de entrada si quieren salir de sus casas. Tienen varios meses para irse a vacunar antes de tomar medidas como las que estamos anunciando”, indicó. Pero aún es eso, una propuesta. 

Pero Loja no se quedó atrás y el 14 de julio de 2021 informó que, por decisión del COE Cantonal a partir del 9 de agosto sería obligatorio la presentación del carnet de vacunación para el ingreso a cualquier negocio de las personas mayores de 16 años. ¿Es una violación a los derechos individuales?

Luis Salvatierra, director de La Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh) dejó claro a Ecuador Verifica que “la respuesta no es sencilla. No es una cuestión de si o no. Como sociedad nos enfrentamos a un dilema, en el sentido filosófico de la palabra, es decir, en el sentido de que cualquier elección que se tome es mala. Si elegimos acatar las directrices (como el carnet de vacunación) limitamos nuestras libertades. Si elegimos no vacunarnos ponemos en riesgo al colectivo (podemos convertirnos en portadores asintomáticos y provocar la muerte de alguien)”.

Salvatierra explicó que “las medidas de bioseguridad que están imponiendo los gobiernos limitan libertades en función del bien colectivo. En este escenario hay una confrontación de derechos, el derecho a la libertad (civil – individual) frente al derecho colectivo a la salud. Elegir ejercer uno de estos derechos necesariamente violenta al otro. Ese es el dilema”.

Guillermo Rovayo, activista de los Derechos Humanos en Ecuador, explicó que  “desde mi punto de vista no se lo puede ver tan tajante. Por un lado es un derecho libre decidir si se vacuna o no; pero el hecho de no hacerlo, afecta a otra parte del colectivo social”.

Rovayo también aseguró que “la gente que no quiere vacunarse bajo una objeción de conciencia no puede ser afectada en el acceso a espacios. Claro, es lógico que el derecho colectivo esté por sobre el individual. Pero en este caso, la esencia de esto es muy difusa. Por eso yo no aprobaría ningún tipo de restricción”.