El 2020 fue un año desafiante para los periodistas y verificadores de todo el mundo debido a la emergencia sanitaria generada por la pandemia del covid-19. En consecuencia, la desinformación mutó a la misma velocidad con la que se propagó el virus.
Este tema, así como la verificación en tiempos electorales, fueron abordados en nuestro programa Ecuador Verifica Live. Anella Reta, editora de fact-checking en AFP Factual y AFP Checamos, fue una de las panelistas.
Reta explica que si bien la cobertura estuvo completamente acaparada por el tema del nuevo coronavirus este año, el proceso de verificación no cambió. “La forma de verificar en esencia es la misma, seguimos siendo periodistas y la idea es investigar y recurrir a fuentes confiables y ser lo más rigurosos posible. Sí tuvimos que cambiar, ahondar, y tratar temas mucho más científicos y específicos”.
En los últimos años, Reta ha cubierto varios procesos electorales. Cuenta que un punto básico para combatir la desinformación en una oleada electoral es “establecer un contacto lo más cercano posible con autoridades electorales para tratar de tener fuentes directas y paliar la desinformación”.
En Brasil, por ejemplo, las agencias de verificación tuvieron acceso directo al Tribunal Superior Electoral que “nos permitía tener una respuesta rápida frente a la información que iba circulando”. “Realmente el acercamiento entre los periodistas y las autoridades electorales allana mucho el camino y nos permite ser rápidos y ágiles a la hora de verificar y contener, sobre todo contener, ese flujo de información”, agrega.
Mentiras y políticos
En campaña electoral, los políticos y candidatos a elección popular tienden a “distorsionar un poco un datito por aquí, distorsionar algo más por allá. Dar una afirmación que no es exactamente la correspondiente. Tratar de comparar una situación actual con lo que se vivía en el pasado. Citar cifras fuera de contexto. Como lo más común”, cuenta. Pero resalta que los verificadores deben estar alertas a los grupos políticos en redes sociales, donde se unen los partidarios más fervientes.
“Son realmente muy fogosos, muy aguerridos, que generan contenido que no es necesariamente fidedigno, que no necesariamente está vinculado con el candidato pero que los que lo apoyan a morir”, dice Reta. Las declaraciones descontextualizadas, datos incompletos o información manipulada son, generalmente, las que circulan en redes sociales.
Entonces, explica, “se genera como ese ida y vuelta entre grupos opositores y hay como una retroalimentación. No olvidemos que el tema de la desinformación crece también por nichos y se fortalece por nichos. Yo en mi grupo voy a compartir algo en lo que yo creo, y en lo que mis colegas en el mismo grupo también creen. Te genera un efecto burbuja que es reforzar lo que uno cree. Eso es peligroso. (…) Ese efecto burbuja lo que genera es reforzar lo que el grupo cree. Lo normal es que se refuerce la idea central de este grupo y hasta ahí va”, cuenta.
Reta señala que la desinformación está creada para generar un impacto en una audiencia potencial, “tanto de felicidad como de enojo. Está diseñada para hacerse viral pero también para reforzar esas ideas que el público ya tiene preconcebidas. Es muy poco probable que una persona leyendo un posteo en Facebook de un grupo opositor vaya a cambiar lo que piensa. (…) cada grupo refuerza mucho más sus creencias, su posición y oposición”.
Para terminar, Reta resalta que las metodologías que utiliza en AFP son las mismas que debe seguir un periodista: “tener curiosidad, preguntar y, sobre todo, dudar de lo que uno está recibiendo. Siempre tratar de recurrir a fuentes confiables, fidedignas”.
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