Feb 28

La Inteligencia Artificial, un reto al sistema educativo

A través de esta tecnología, el estudiante podría obtener un ensayo en segundos y presentarlo como si lo hubiese hecho él. Esto no es el futuro, sino la más presente realidad. ¿Cómo lograr que juegue a favor de la educación y no en contra?

La capacidad de la nueva generación de Inteligencias Artificiales, con ChatGPT a la cabeza, de simular conversaciones humanas fluidas y redactar, en cuestión de segundos, textos académicos que soliciten sus usuarios, continúa generando asombro y preocupación en las comunidades educativas de todo el mundo.

El tema es tan novedoso que los estados y gobiernos, en un intento de asimilar el impacto, aún no definen una respuesta formal; por tanto, con escasísimas excepciones, no han dictado una norma a aplicarse en las escuelas y colegios públicos frente a las ventajas y riesgos del uso de estas nuevas herramientas por parte de estudiantes y profesores.

En el caso de Ecuador, por ejemplo, la mañana de este martes 28 de febrero el Ministerio de Educación no tenía un vocero y antes de responder un pedido de entrevista a su titular requería consultar a un área técnica específica. Dirigentes de la Unión Nacional de Educadores, es decir del sindicato de profesores del magisterio público del país, también evitaron comentar este tema y aseguraron que preparan un pronunciamiento público en unas dos o tres semanas. Eso sí, aclararon que el Gobierno no les ha comunicado “ninguna política” o instructivo sobre la materia.

Pero, ¿cuáles son esas ventajas y riesgos de estas inteligencias artificiales en la Educación? La ventaja inmediata, la más visible, que ya es parte de las conversaciones habituales, es la antedicha facilidad de generar textos de manera autónoma y a la carta; es decir, de acuerdo con la extensión, el tema —académico o de cualquier tipo— y hasta el tono que pida el usuario.

Otras ventajas más o menos similares, se explican por el “entrenamiento” del lenguaje de este sistema con millones de bases de datos en internet: responder preguntas, cambiar de contexto, resumir, explicar detalles, e incluso argumentar desde un punto de vista concreto a favor o en contra de un tema.

Asimismo, la desventaja más visible, que no sólo preocupa a la comunidad educativa, sino a la sociedad en general, es que la dificultad de ser detectado podría estimular la copia en lugar de creación propia de los estudiantes. Esto, debido a que en lugar de los enlaces relevantes que ofrecen Google y otros motores de búsqueda, ChatGPT da la respuesta en forma de texto ya redactado, pero sin sus fuentes, lo cual abre dudas de plagio o violación de derechos de autor. 

El catedrático del Instituto Superior para el Desarrollo de Internet y responsable de innovación de Microsoft, David Hurtado, opina que el riesgo va más allá de detectar la autenticidad del contenido. “El problema de fondo es que el contenido ya no puede ser la medida del aprendizaje. No podemos evaluar al alumno por las palabras escritas, salvo que las escriba delante de nosotros. Lo cual no parece una solución escalable”, indica en su artículo El impacto de ChatGPT y la IA en la educación, ¿moda o revolución?, publicado este 26 de enero en La Vanguardia.

En este contexto, en consecuencia, sigue latente la pregunta de cómo responderá la comunidad educativa. A la espera de respuestas, en los medios sociales se siguen compartiendo microvideos en primera persona sobre el uso cada vez más extendido de esta herramientas para realizar tareas escolares.

Consultado sobre este tema, el representante del Contrato Social por la Educación y exministro del ramo, Milton Luna, comentó que el miedo y la ignorancia ocasionan el más grave error de profesores y autoridades educativas sobre este tema, que es minimizar o incluso negar el impacto de ChatGPT u otras herramientas similares, que los estudiantes ya usan, incluso para casos de fraude académico.

En este sentido, Luna criticó la decisión de prohibir el uso del ChatGPT en las escuelas públicas de Nueva York. En su lugar, dijo, se debe empezar a reflexionar y definir las estrategias más adecuadas para conocer a este instrumento y cómo aprovecharla para desarrollar las capacidades de los estudiantes y de los profesores.

“Lo primero que tenemos que hacer es enterarnos y llamar a la comunidad educativa para capacitarnos sobre el uso inteligente de la Inteligencia Artificial”, comentó el experto.

‘Los humanos merecen la verdad’

Con la misma inteligencia artificial que genera textos de manera autónoma y a pedido de sus usuarios, también se puede detectar si un texto fue escrito con este nuevo tipo de herramientas.  Es, por lo menos, la declaración de propósito de la aplicación GPTZero, que se estrenó hace poco con el lema ‘Los humanos merecen la verdad’ (Humans Deserever the Trhuht), que por ahora sólo funciona con textos en inglés.

Este software en línea fue desarrollado por un estudiante de la Universidad de Princeton, es apenas una de las alternativas que se empiezan a ofrecer ante las preocupaciones de la comunidad educativa y sociedad en general tras el estreno de ChatGPT, el más conocido de estos sistema de inteligencia artificial “generativa”.

A continuación, algunas de esas herramientas disponibles:

Herramientas

         DetectGPT , disponible como extensión del navegador Chrome.

–          GPTZero, portal con caja para introducir texto o subir un documento.

          AI Generated Text Classifer Feedback Form, herramienta del propio desarrollador de ChatGPT, OpenAI, para predecir la probabilidad que un texto haya sido generado por una IA a partir de varias fuentes. Funciona a partir de un formulario en línea.


ENTREVISTA

‘La información no sirve, si no la interpreto’

La inteligencia artificial no podrá sustituir al maestro, declara, convencido, Luis Fernando Botero Mendoza, profesor integrante de Cerebrote Digital, comunidad educativa que se propone desde Colombia ayudar a todos los maestros del mundo a enfrentar la nueva era en la educación que están abriendo las herramientas de Inteligencia Artificial Generativa.

En diálogo con Ecuador Verifica, este experto en pedagogía y comunicación digital, explica cómo podrían aprovecharse ChatGPT y otras nuevas herramientas de chats conversacionales y cómo evitar el plagio.

¿Cuál fue su primer contacto con  la Inteligencia Artificial?

Tengo una experiencia de más de 20 años en la educación en escuelas, colegios y universidades. Por mi profesión como comunicador digital tengo facilidad para el uso y manejo de las TICs.  Hace cuatro años abrimos la iniciativa Cerebrote Digital para estudiar con los profesores cómo está cambiando la educación con las clases virtuales, en especial a raíz de la pandemia. Eso me ligó más a las TICs en la Educación. Gracias a ello llegué a la Inteligencia Artificial a inicios de este 2023 y mi primer contacto fue que muchos de los profesores empezaron a preocuparse por la tendencia que llegaba, que empezaba a descubrirse con la generación de imágenes y luego con ChatGPT.

¿Qué problemas y soluciones detectó en ese momento inicial?

El cuento era cómo aplicar las inteligencias artificiales de inmediato con nuestra realidad. Un día un estudiante me entregó un ensayo y me dio la leve sospecha de que había sido generado con una de estas herramientas, pero en mis aulas y en  mi saber no tenemos ninguna legislación para ello. Revisé el ensayo, me pareció muy bien, lo califiqué muy bien, pero me quedó la duda.

Entonces descubre que sus estudiantes sabían más del tema

Sí, me puse a revisar más en detalle este tema y descubrí, en TikTok, que los estudiantes nos llevan la delantera a los profesores en el uso de esta herramienta. Y en esa misma red empecé a publicar y hoy es una locura, tenemos una comunidad de más de 50 mil personas que estamos preocupados de cómo vamos a cambiar a pesar de que hay poquísima información.

En consecuencia, ¿qué se proponen realizar como profesores?

Lo primero es unirnos y ya estamos desarrollando talleres, ‘master class’ y entrenamientos con profesores.

¿Cuáles son sus primeros descubrimientos?

Que la principal preocupación real de los profesores se parte en dos. Primero, que mi estudiante pueda engañarme —y engañarse de paso— presentando una tarea que no hizo él sino la Inteligencia Artificial. Lo segundo y más importante es que no lo estamos viendo bien, como un avance muy importante porque la generación de textos e imágenes con inteligencia artificial sí puede ayudar al profesor para compartir y recibir conocimiento.

Entonces, en pocas palabras, ¿qué es la Inteligencia Artificial para la educación?

Es el embudo que me deja tamizar  toda la información que yo quiera. Es una gigantesca biblioteca que habla a mi ser en mi idioma, que me escucha, que entiendo lo que yo necesito si lo sé decir bien y me da resultados en información. Y cualquiera puede convertir esa información en conocimiento si la mastica. Entonces, la Inteligencia Artificial mastica, pero usted tiene la boca con todo el gusto, con todas las órdenes necesarias.

¿Fue apresurada la decisión de algunos colegios de prohibir el ChatGPT?

Absolutamente y me preocupa que, más allá de decir si fue o no apresurada, le puedo decir que el cerebro reptiliano del ser humano funciona de una manera muy rara: cuando yo le prohíbo, le incito más. Y si no lo conocían, ahora ya lo conocen.

¿Cuál es el cambio que se viene en la educación?

Viene un cambio muy importante en nuestro sistema educativo, que deberá reestructurarse para avanzar, considerar que la información sólo es una parte de nuestra educación y no la educación como tal. Por eso los ensayos, aprendizajes memorísticos y elementos que no demuestren aprendizajes estarán mandados a recoger.

¿Cómo se vive el proceso de adaptación de estas nuevas herramientas?

Se necesita un tiempo de adaptación para centrarnos en conocerlas primero. Y las autoridades educativas deben estar en una desesperación, corriendo y buscando por todas las fuentes necesarias porque se puede volver un tema de doble filo: si yo lo permito y no estamos preparados es como si le dijera a un banco que reciba monedas que no conoce y no las puede cambiar.

Entonces, ¿cuál es el primer paso?

Empatía para con los estudiantes y profesores, para que ambos se acerquen y descubran. Si veo que la primera reacción es negativa, entonces se verían prohibiciones, pero esas prohibiciones en el mundo de la inteligencia artificial van a ser más un error. Tapar el sol no significa que no lo vean.

¿Qué recomienda a los profesores para ingresar a este mundo de la IA?

Lo primero es mascar el miedo y darse la oportunidad de conocerla. Respete tanto la tecnología como los conceptos básicos de su profesión. No hay en este momento y creo que no existirá ninguna herramienta que lo vaya a suprimir como profesor. Todo lo que hoy  hay disponible es información, que no sirve si no la interpreto y uso como debo ser.

Cada uno de nuestros estudiantes siempre nos llevarán la ventaja tecnológica. Use ello para que le muestren cómo y qué están haciendo. Si sabemos, es porque nos están contando y debemos aprender de ellos.

¿Cuál es el propósito de aprendizaje inmediato que se proponen con la IA?

En marzo entrenaremos a los profesores en Inteligencia Artificial para que en tres meses puedan realizar toda la planificación de un año escolar. Eso es lo que hace la inteligencia artificial, que el tiempo que ahorra en preparación le sirva para la evaluación formativa.

¿Cómo detectar el plagio con Inteligencia Artificial?

La primera y obligatoria conocer al estudiante. Usted sabe, conoce cómo habla, escribe, estudia y se expresa. Si ve un patrón que no es característico en él, lo pone en alerta, sin llegar a demeritar lo que está haciendo. Porque, efectivamente, lo pudo haber hecho.

Segunda, hay varias aplicaciones web, muy nuevas, que están saliendo, por ejemplo, de la misma desarrolladora del ChatGPT, que dicen cuáles textos probablemente fueron generados con IA. Pero eso es apagar lo inapagable,  es como si tengo una enfermedad real y sólo tomo una pastillita, sin ir a la raíz del problema, que es, cómo voy a hacer, en mis estudiantes, que aprendan, apoyándose en lo que hoy el mundo les brinda sin necesidad de engañarme y engañarse a sí mismos. Un estudiante se puede demorar cinco minutos haciendo un ensayo con inteligencia artificial y yo me demoro 25 leyéndolo. Imagínese el nivel de estrés y de trabajo que voy a tener si no descubro cómo voltear eso a favor de todos.

¿Con la Inteligencia Artificial la educación pasará a priorizar el debate y la argumentación verbal cara a cara?

Absolutamente, más allá de la presentación vamos a tener que potenciar lo que la IA no va a poder hacer por usted, o por mí: las famosas habilidades blandas de las que tanto se ha hablado y poco se ha trabajado. Yo con mirarlo, oírlo, sentarme al lado y hacerle una pregunta, puedo tener tal profundidad de conocimiento suyo que me evidencie, de inmediato, si estoy o no en el lugar que es.

El que hagan un ensayo con Inteligencia Artificial, maravilloso. Hágalo, mírelo y tradúzcamelo a un par de palabras, que usted me cuente a mí. Y con la vehemencia, forma, comportamiento verbal y no verbal que me lo cuente yo sé si lo leyó o no. A ese nivel estamos invitados ahora. Es lo que siempre nos han exigido laboralmente.

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