El nuevo sistema de verificación de cuentas, a cambio de un pago mensual de 8 dólares podría ser un riesgo de desinformación para millones de usuarios de esta plataforma.
A principios de este año, empezaron a aparecer numerosas cuentas verificadas en Twitter con la insignia azul, las cuales pertenecían a usuarios con identidades evidentemente falsas, incluyendo personajes contemporáneos, históricos, ficticios e incluso «Dios», quien aparecía con una caricatura de Jesucristo como foto de perfil.
Desde octubre de 2022, esta fue solo una de las consecuencias más inmediatas de la decisión del nuevo propietario de la red social, Elon Musk, de verificar automáticamente las cuentas con un número de teléfono, tras un pago mensual de 8 dólares o de 84 dólares anuales.
Cuatro meses después, el polémico empresario tecnológico eliminó definitivamente el sistema de verificación implantado en 2009 por su antecesor, Jack Dorsey, después de que el conocido beisbolista, Tony La Russa, demandara a Twitter por tolerar cuentas falsas que se hacían pasar por él.
Esta decisión no excluyó a periodistas, personalidades del mundo político, del espectáculo ni a líderes religiosos como el Papa Francisco, quienes habían superado un proceso de verificación para convertir a Twitter en uno de sus canales oficiales de comunicación privilegiados.
A partir del 21 de abril, la asociación que los usuarios de Twitter hacían entre la insignia azul y la autoridad o el estatus de su propietario, pasó a la historia. Hoy en día, dicho distintivo indica la afiliación a Twitter Blue, el servicio de pago con el que Musk espera generar nuevos ingresos para la plataforma.
Una semana antes de suprimir el sistema anterior, Musk intentó explicar, en declaraciones exclusivas a la BBC, que la nueva forma de verificación por pago era una forma de democratizar los contenidos de la plataforma. «En general, creo que la tendencia es muy buena», afirmó.
Sin embargo, el nuevo sistema de verificación por pago sigue generando preocupación entre expertos, por el riesgo de desinformación para los millones de usuarios de esta plataforma, considerada como el canal político por excelencia, donde los jefes de Estado o diferentes actores económicos, políticos, religiosos, deportivos y del espectáculo anuncian sus decisiones o reaccionan frente a los temas de actualidad.
Desde Ecuador, uno de los más duros críticos sobre este tema, es el profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar y doctor en Comunicación e Información Contemporánea por la Universidad de Santiago de Compostela, Pablo Escandón, quien afirmó: “Fundamentalmente, es una restricción de acceso a la información porque estamos privatizando ese acceso. Se van creando mayores burbujas de opinión, porque antes, la certificación funcionaba enviando certificados del usuario y con una lógica sobre la circulación y su área de influencia en la esfera digital. Ahora eso ya no importa, sino comprar un espacio”.
Escandón aseguró a Ecuador Verifica que, la nueva verificación de pago va en contra de la propia lógica con la que se fundó Twitter en 2006, para promover una comunicación digital interactiva. “Nos hace volver al circuito de los medios analógicos completamente mercantilistas para poder circular y difundir información”, detalló.
El experto, además, alertó que este nuevo sistema puede facilitar la creación de «granjas de bots» o de cuentas falsas de cualquier persona. Por lo tanto, los usuarios de esta plataforma deben ser más responsables con los contenidos que consumen y verificar si la cuenta es activa y quién es el autor. Es importante determinar si la cuenta es o no un «troll», revisar la fecha de publicación y su círculo de seguidores, agregó.
El vicedecano del Colegio de Comunicación y Artes Contemporáneas de la Universidad San Francisco de Quito y doctor en Comunicación por la Universidad de las Comunicaciones de Chile, Gustavo Cusot, dijo que el mencionado cambio sin duda afectará la calidad de los contenidos que comparten los usuarios de Twitter. Esto es especialmente preocupante, considerando que cada vez es más difícil distinguir a primera vista cuáles son reales y cuáles son producidos por inteligencias artificiales «generativas».
En semanas recientes, por ejemplo, llamaron la atención a escala global la difusión de supuestas «fotos» del papa vestido como rapero o del expresidente estadounidense, Donald Trump resistiéndose a un arresto policial, como ejemplos notables de este fenómeno.
Cusot dijo que en este contexto las plataformas digitales enfrentan un gran desafío para garantizar la calidad y la verificación de las informaciones que publican sus usuarios. Estos, a su vez, tienen cada vez más responsabilidad de discernir los contenidos que consumen.
¿Cuál es la preocupación sobre este tema?
Según un reciente informe de estadísticas clave para el año 2023, de la firma Social Shepherd, cada mes Twitter tiene 450 millones de usuarios activos y, cada día se envían al menos 500 millones.
En el caso de Ecuador, varias investigaciones académicas señalan que luego de la revuelta policial del 30 de septiembre de 2010, Twitter se ha consolidado como un canal de comunicación de la política nacional.
Steffan Kuffner, periodista y corresponsal extranjero basado en Ecuador, comentó que en los últimos años Twitter se ha convertido en una plataforma esencial para seguir la política ecuatoriana. Sin embargo, cuestionó si podrá mantener este carácter después de lo que él calificó como «un duro golpe auto infligido a la credibilidad».
Kuffner argumentó que el sistema anterior de verificación permitía construir un sistema de credibilidad entre los usuarios. Para los «usuarios de a pie», es difícil verificar por cuenta propia la transparencia de las cuentas y los contenidos que se publican en la plataforma, lo cual les demandaría mucho tiempo y recursos, explicó.
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