Durante la cobertura de hechos violentos, ¿pueden los periodistas convertirse en voceros de grupos criminales? Editores, periodistas y académicos conversaron sobre este tema durante el sexto Café de la verdad organizado por Ecuador Verifica el martes 2 de marzo de 2021.
El Café de la verdad es un espacio informal para que comunicadores y periodistas compartan experiencias de su trabajo durante las elecciones 2021 en Ecuador.
Para quien introdujo el tema, el rol de los periodistas es contar los hechos, asociarlos y relacionarlos para explicar el contexto en el que sucede una noticia, no ser meros difusores de información.
Por ejemplo, -señaló uno de los participantes- de la cobertura del amotinamiento en las cárceles en Cuenca, Guayaquil y Latacunga, del 23 de febrero de 2021, aún no hay información oficial de las causas, pero los hechos son claros: en el país hay enfrentamientos entre bandas criminales que superan al Estado.
La situación -agregó- mostró “la saña, la inexplicable, brutalidad con la que fueron asesinados, tasajeados, incinerados, descuartizados, personas dentro de las cárceles sin que las autoridades pudieran controlar el estallido de violencia inédito en el Ecuador”.
En ese camino “vemos un espejo que se parece mucho a la situación mexicana, o la brasileña en el tema de cárceles”. Entonces, ¿cómo realizar esa cobertura si la información va a ser difundida aun si los periodistas no lo hacen?
Una de las respuestas fue que la responsabilidad está en verificar la información antes de difundirla, para no ser únicamente un canal de retransmisión que, a su vez, puede ser parte de una guerra psicológica para sembrar terror en la población.
Otra participante, en cambio, resaltó la importancia de seguir protocolos de manejo de información de carácter delicado. Para el profesional, los periodistas deben deben analizar de dónde proviene este tipo de información y en qué contexto llega.
En ese mismo sentido otro asistente destacó que el enfoque de la plataforma donde trabaja fue alertar a la ciudadanía que el objetivo de este tipo de información es generar pánico. “Es una buena estrategia aclarar la intención de los comunicados para que sepa la gente”, dijo.
“No se trata de dar voz a los voceros, sino de especializarse”. Otro de los participantes señaló en el sentido de que lo sucedido en las cárceles es un síntoma mayor de lo que está sucediendo con la presencia del crimen organizado en Ecuador.
“Hemos cubierto de fútbol, política, economía, medio ambiente, tecnología y no sabíamos lo que era crimen organizado. A los periodistas nos coge peleando entre el correísmo y el anticorreísmo”, sostuvo.
Para enfrentar este reto, opinó que los periodistas tienen que volver su mirada hacia las fuentes y aclarar qué información pública está disponible y cómo ubicarla.
¿Qué pueden aprender los periodistas ecuatorianos de los colegas de otros países que cubren situaciones de extrema violencia?, fue otra de las preguntas surgidas durante el sexto Café de la verdad. Entre las respuestas estuvieron los siguientes aportes:
- Contar, asociar y relacionar los hechos: atribuir la información verificada e ir a las fuentes técnicas.
- Acudir a instituciones especializadas en el tema de violencia extrema que tienen protocolos de seguridad para periodistas.
- Periodistas especializados en temas de violencia extrema, narcotráfico trasnacional y crimen organizado.
- Colaborar entre periodistas y medios para tejer una red de protección y denuncia.
- Verificar la información y corroborar los hechos antes de difundirlos a través de redes sociales.
- Diversificar las fuentes.
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